Nos situamos en la Florida de los años 40, y más concretamente en Sarasota, una pequeña ciudad costera enfrentada directamente al Golfo de México. Es en ese momento cuando se empiezan a construir un conjunto de viviendas destinadas al uso vacacional, formando el barrio de Siesta Key. En esta expansión de la residencia de verano en la zona, se despierta un espíritu de comunidad, que llevará a los vecinos a la fundación de un club donde reunirse.
En 1951 se formó Siesta Club como una asociación para los residentes de Siesta Key, naciendo así el Club Sanderling Beach. Para su diseño y construcción, se llamo al arquitecto Paul Rudolph, que acababa de fundar su propio estudio ahí, en Sarasota. Este era el primer proyecto con función no residencial y de gran extensión al que se enfrentaba. Las premisas del proyecto eran la construcción de un club social, un conjunto de cabañas y un mirador, siempre teniendo en cuenta la economía en el diseño.
La primera aproximación que realiza del proyecto fue la siguiente:
En 1951 se formó Siesta Club como una asociación para los residentes de Siesta Key, naciendo así el Club Sanderling Beach. Para su diseño y construcción, se llamo al arquitecto Paul Rudolph, que acababa de fundar su propio estudio ahí, en Sarasota. Este era el primer proyecto con función no residencial y de gran extensión al que se enfrentaba. Las premisas del proyecto eran la construcción de un club social, un conjunto de cabañas y un mirador, siempre teniendo en cuenta la economía en el diseño.
La primera aproximación que realiza del proyecto fue la siguiente:
En esta imagen se puede ver el proyecto ya casi desarrollado. Identificamos en ella el sistema de acceso y aparcamiento, la ubicación central de la parte pública, una piscina y las pistas deportivas al fondo, y los conjuntos de cabañas en primera línea de playa.
También podemos identificar ya la importancia de la forma de las cabañas en el proyecto. La repetición de la cabaña como módulo es el sistema de repetición utilizado como lenguaje exclusivo para este caso. Paul Rudolph siempre buscaba la unidad del conjunto, un esquema unitario para cada proyecto. En el club Sanderling repite ese módulo de las cabañas también para la construcción de los edificios de carácter público.
La construcción se llevó a cabo en diferentes fases. La primera, en 1952, comienza con un patio de hormigón y el mirador, elevado tres metros del suelo y al que se podía acceder por una escalera al Este de la torre.
También podemos identificar ya la importancia de la forma de las cabañas en el proyecto. La repetición de la cabaña como módulo es el sistema de repetición utilizado como lenguaje exclusivo para este caso. Paul Rudolph siempre buscaba la unidad del conjunto, un esquema unitario para cada proyecto. En el club Sanderling repite ese módulo de las cabañas también para la construcción de los edificios de carácter público.
La construcción se llevó a cabo en diferentes fases. La primera, en 1952, comienza con un patio de hormigón y el mirador, elevado tres metros del suelo y al que se podía acceder por una escalera al Este de la torre.
Además, se construyó una estructura independiente al otro lado del patio, un edificio público de doble altura compuesto por cinco módulos. Tanto la torre como el edificio siguen este mismo modelo estructural y modular que luego usará para las cabañas. En esta primera fase, se prevé la construcción de dos grupos de cinco cabañas.
P. Rudolph defendía que la estructura era el factor determinante del diseño. Para todo su conjunto, utilizará un sistema estructural muy simple. Cada cabaña o unidad modular dispondrá de una cubierta con forma ligeramente abovedada, fabricada en contrachapado de madera. Esta bóveda se sustenta por medio de una serie de elementos longitudinales, dispuestos dos a cuatro y que trabajan a tensión. En cada conjunto de cinco, las bóvedas se unen en sus extremos, mimetizando su forma con las olas del mar. Los paramentos verticales son de madera, forrada en la cara exterior con listones de ciprés.
Todo está recubierto de una capa de pintura que tiene la doble función de protección frente al ambiente salado y asimismo dotar de identidad al conjunto. Los techos están pintados de azul oscuro, mientras que los soportes y la parte exterior de la cubierta están pintados de blanco. El revestimiento horizontal de madera de ciprés está pintado de un gris neutral. La torre se construye con soportes de madera pintada de blanco.
En cuanto a las cabañas, tenemos que tener en cuenta que su uso previsto era un lugar diurno donde encontrar sombra al lado de la playa, poder darse una ducha o hacer algo de comer. Su función es muy básica, lo que se corresponde a una planta muy sencilla. Un espacio rectangular de 4 x 4.8 metros se adapta a las necesidades de cada usuario, quien podía instalar los diferentes servicios de los que quisiera disponer: ducha, armario, fregadero, cocina, etc.
Podemos acceder a la cabaña tanto desde la playa, atravesando el porche y luego la puerta corredera o desde el lado opuesto, que también dispone de una pequeña zona en sombra. Estos accesos permiten la ventilación este-oeste. En la línea trasera de las cabañas se coloca una hilera de palmeras y pinos que separan la privacidad de las cabañas del resto del conjunto.
Podemos acceder a la cabaña tanto desde la playa, atravesando el porche y luego la puerta corredera o desde el lado opuesto, que también dispone de una pequeña zona en sombra. Estos accesos permiten la ventilación este-oeste. En la línea trasera de las cabañas se coloca una hilera de palmeras y pinos que separan la privacidad de las cabañas del resto del conjunto.
Ya en los 60, se construyó por fin el club social. Para ello se contrata a John Crowell, quien prepara los planos de dos nuevas edificaciones, siguiendo la línea de la obra de Rudolph. Una de las edificaciones se debía alinear con la torre de observación. Sin embargo, se reconoció en la torre una falta de unidad estructural, y fue demolida.
Otro problema que se dio en esta década, esta vez en relación con el entorno natural, fue la erosión de la playa. Para frenarla, se dispuso una hilera de rocas, entre las que se colocó una escalera para permitir el acceso de los bañistas al mar.
Esta situación nos plantea la cuestión de si en la extrema cercanía al mar, la primera línea de costa, es un sitio sobre el que se pueda o deba edificar.
En las fotos se aprecia el desgaste y la erosión del entorno producido desde las primeras fases del proyecto hasta la actualidad, donde apenas un par de metros de arena separan las cabañas de las rocas.
En las fotos se aprecia el desgaste y la erosión del entorno producido desde las primeras fases del proyecto hasta la actualidad, donde apenas un par de metros de arena separan las cabañas de las rocas.
Finalmente, este sería un plano de la situación actual del conjunto: